Quien va de caza a la montaña debe estar siempre preparado para los cambios meteorológicos, que pueden hacer que la expedición se cancele de forma repentina e inesperada. A veces, el equipo se queda atrás. También puede ocurrir que, al recuperar la pieza cazada, se pierda el arma y no se la encuentre.
En el caso de John Sveen, fue mucho más sencillo. Se tomó un breve descanso y después siguió disparando sin su rifle, con un visor ZEISS instalado en el mismo. Después de nueve años, John se sorprendió cuando su amigo Knut Øyjorda encontró su arma en las montañas: la culata de madera estaba descolorida y quebradiza, la boca del cañón estaba oxidada e inservible. Solo el visor seguía como nuevo. El revestimiento resistía a las inclemencias del tiempo, el frío y el calor no podían dañar la óptica. El servicio de atención al cliente de Wetzlar revisó el visor en detalle y concluyó: ¡los productos ZEISS son indestructibles!